Enfoca su labor profesional y académica en el campo de la psicología del proyecto de vida, desde una perspectiva tanto clínica como educacional.
Ejerce la docencia universitaria desde hace 20 años, centrando su práctica y su investigación en relación a la construcción de los proyectos de vida de las personas.
A partir del trabajo diario durante muchos años con personas que buscan adelgazar pero también del aprendizaje de un trabajo constate, periódico y sostenido con personas que mantienen el peso, detecta dos fenómenos que se repiten con mucha fuerza y que esta directamente asociado al problema tanto del engordar como el de adelgazar. Por un lado el comer emocionalmente y por otro una afectación importante en la proyección personal y de futuro de las personas que sufren el problema.
La proyección de futuro es un elemento fundamental frente a la vivencia de desbordes generadas por situaciones de la vida cotidiana, le da sentido al esfuerzo, es la puerta de salida. Sentirse en proyecto, alivia, equilibra, gratifica y libera. La ausencia o afectación del proyecto personal de futuro sobrecarga las vivencias del presente lo cual genera estados de ansiedad, voracidad y depresión en donde la búsqueda de gratificación, alivio y paz, se hace urgente. Esta situación va construyendo un círculo adictivo y vicioso de actos y consecuencias que dejan a la persona atrapada en una vivencia de permanente insatisfacción. El comer, las compras, el juego, el consumo de sustancias, la violencia, el trabajo, son alguno de ellos.

Comer emocionalmente afecta el cuerpo ya que es el principal responsable del sobrepeso y la obesidad, pero también afecta el proyecto de vida ya que va erosionando la fortaleza emocional necesaria para sostener los caminos de realización personal.
Estar o sentirse “gordo” y querer y no poder revertir tal situación, se constituye como un malestar diario y permanente que no permite el disfrute pleno de los logros personales.
La búsqueda de equilibrio emocional es propio de la condición de estar vivo, cuando este equilibrio se enlaza patológicamente con el acto de comer y la comida, se genera lo que llama un equilibrio tóxico.
La obesidad es un equilibrio tóxico.
Este equilibrio tóxico compromete la salud física pero también tiene un impacto negativo sobre el ánimo y la estima personal. Afectando fuertemente el proyecto personal y de vida.
De estas conclusiones propone un abordaje psico nutricional que apunta a desarticular las emociones del acto de comer y de la comida desde un perspectiva del proyecto de vida. De tal forma que el acto de comer y las emociones recorran su caminos naturales.
Desarticular la comida de las emociones abre caminos para poder lograr equilibrios mas saludables. Garantía para el logro pero sobre todo, para el mantenimiento del peso saludable y del proyecto personal.
Desde este abordaje adelgazar y mantenerse deja de ser un fin en si mismo para ser un medio para un proyecto de vida disfrutable.
El modo de vida es una forma de sentir, de pensar, de emocionarse, de gratificarse, de frustrarse, de moverse, de vincularse, de proyectarse. No existen solo personas “gordas” o personas “flacas”, existen modos de vida «gordos» y modos de vida “flacos”.
